La Ministra de Cultura israelita se muestra tajante: "Si Eurovisión no se celebra en Jerusalén, no lo organizaremos"


Las autoridades israelitas continúan con su deseo de que el próximo Festival de Eurovisión se celebre en Jerusalén, a pesar de que la UER se muestre reticente a que realice en esta ciudad.

La última en unirse a este deseo ha sido Miri Regev, Ministra de Cultura de este país, en declaraciones al Jerusalem Post, y realizadas tras la polémica causada, hace unos días, por la suspensión de un partido amistoso entre las selecciones de Argentina e Israel de fútbol. Esta supension tuvo lugar como consecuencia del cambio de sede de este partido de Haifa a la ciudad milenaria, haciendo que los primeros se negasen a jugar, en solidaridad con el pueblo palestino.

Este cambio de sede ya ha sido criticado por muchos medios nacionales por considerarlo un deseo personal del alto cargo ministerial, perteneciente al ala mas conservadora del gobierno, y una de las defensoras mas acérrimas de Jerusalén como capital del estado. 

"No estamos dispuestos a celebrar el festival en ninguna otra capital israelí, por lo que Eurovisión se celebrará en Jerusalén, o sino tendrá que ser fuera de nuestro país. Como organizadores tenemos el derecho de decidir y por lo tanto la UER no puede tener la última palabra", ha afirmado tajante la ministra, que no está dispuesta a admitir injerencias en este sentido.

Según Regev el festival en caso de realizarse en el país hebreo, exigirá una inversión económica en la que se busca una promoción del país, por lo que es lógico que se realice en la ciudad que mejor los representa:

"El festival, nos va a costar del orden de 50 millones de Shékels (12 millones de euros), y esta  inversión  esta pensada para promocionar el país. Por lo tanto opino que si no se puede realizar allí no es correcto gastar esa cantidad si no va a servir para nada. El estado de Israel tiene una capital, que se llama Jerusalen, y no debemos sentir vergüenza por ello".

Tras estas declaraciones, el Director General de este ministerio ha querido calmar los animos afirmando que si bien a muchos les gustaría que esa fuese la sede elegida es demasiado pronto para tomar una decisión.

Recordemos que la UER, tras los problemas organizativos en Kiev 2017, decidió establecer una clausula que le permitiría tener la última palabra en caso de dificultades relacionadas con los preparativos del festival por parte de la emisora organizadora. Esto podría ocurrir si continua el empecinamiento por parte de las autoridades hebreas de realizar el festival en Jerusalén, que ya sido contestado por varios países, como Islandia, Suecia o Irlanda,  con un posible boicot que se traduciría en su renuncia a participar.

La decisión final, si no hay cambios de última hora, se sabrá tras la reunión del mes de julio entre representante del ente israelita, KAN, y de la UER en Ginebra, y en la que sabremos cual es la ciudad que tome el relevo de Lisboa en el certamen musical, así como sus fechas.

Fuente: wiwiblogs, El mundo

Comentarios